sábado, 15 de noviembre de 2008

IMPARTIR JUSTICIA... ES FACIL..?....

EL PERFIL DEL ASPIRANTE A MAGISTRADO JUDICIAL


La reflexión puede cambiar la mentalidad de los hombres; el pensamiento lógico i el epistemológico, pueden hacer derivar sus convicciones erradas o impulsivas en juicios de valor correcto; salvo en el individuo que sufre de una predisposición patológica congénita que linda con la ciclotimia o la esquizotimia(1), de modo que su natural percepción de la realidad será siempre equivoca i nociva para el desarrollo de actividades de valoración abstracta, que el hecho social invoca.

Los aspirantes a magistrado deberían reflexionar, antes, sobre la función trascendental que significa impartir justicia, de cuya lucubración sincera i sobria, producto de una salud mental adecuada, surgirá la necesidad de hacerse un examen de conciencia; descubriendo en la reconditez de sus impenetrables fueros: las fortalezas morales o las bajas pasiones heredadas del congénito pasado, agravadas o mejorados por la influencia del medio i la cultura vigente de su tiempo. Juzgándose, con la imparcialidad que el alma impone, debiendo descubrir: si será útil para el beneficio de su especie o nefasto destructor del orden establecido. Si esta última conducta lo reduce, debería sacrificarse inmolándose en beneficio de su sociedad, dándole paso al apto; pues el hombre existe para ser útil a la sociedad i por ende al género humano, no para servirse de la sociedad ni para servir a sus allegados en conducta i carácter (Socios, compadres, amistades, parientes i toda pléyade) que se suscriben cuando se tiene poder. Lo cual es la degeneración de sentido vital como especie.

La excesiva erudición es igual a la supina ignorancia, pues en ambos casos la soberbia se basa en la incapacidad de entender a los demás; obviamente quien se cree superior a los demás, -porque sabe de memoria los articulados de la legislación i otras vacuidades teoréticas- minimizará cualquier atisbo de la razón, pues él no solamente cree tener la razón sino que la detenta. I allí no muy lejos, el ignorante superficial astuto, emplea su desconocimiento para eximirse de la responsabilidad moral. En ambos casos existe la carencia de raciocinio (2) por tanto, ambos sin certeza (3) invadidos por el impulso mecánico. (4)

Por tanto, es irresponsable asumir una función de servicio público, tan delicado: si se tiene conciencia de no estar preparado; si se tiene proclividad a la ventaja i el utilitarismo; ello es un pecado civil, que solo la historia castiga en su momento. Nunca el mal produce vida ni porvenir; destruye el tejido social en décadas i centurias; la cronología lenta del hombre es la valla de opacidad que no permite ver con claridad el futuro, empero conocer la historia es poseer el visor que vislumbra el porvenir. I el falto de esa visión es un alma atrapada en la sincronía. Sin pena ni gloria.

El intelectual busca la verdad en todo, no se queda satisfecho con la versión oficial. Un juez antes de ser honorable erudito, revestido de títulos académicos adquiridos de cualquier manera, debe ser un intelectual, que estudia sin estar obligado, indaga la verdad, aspira a ser mejor hombre, no para competir la posición omnipotente, o ser la pieza del desorden que opera a favor del crimen i la injusticia. Su conducta en el cargo publico, es el servicio; Luchar por el bien i la verdad. Asumir como autoridad esa divina obligación sin supeditar sus fallos a la presión política, a la amenaza del criminal avezado o a la suplica i las lágrimas, de quien muestra arrepentimientos tardíos.

Aquel que estudió; por que le dijo alguien sugerente, que el derecho es una noble carrera para servir a la sociedad, insuflándole gran impulso moral; debe evaluar si ese ideal sigue latente o es que fue un romántico desliz que la realidad quebró, mostrándole la cara fiera que tiene el sistema. Debería replantear sus planes de vida; entregándose al ideal que lo impulsó, o dejar que los más aptos asuman ese difícil rol.

Si como abogado libre, ejerce la ilegalidad al servicio del crimen, haciéndose fama defendiendo con fanatismo al infractor en contra de la ley i la sociedad; ganando dinero a costa del sufrimiento de la víctima. Contribuyendo al deterioro social que cada día nos hace extraños entre sí, unidos apenas para beber i alegrarnos cuando el nuevo circo romano (fútbol) nos muestra el subdesarrollo mental que padecemos como país, debería dedicarse al comercio que es un oficio negro pero justificado por las reglas de la economía, allí su astucia i venalidad tendría el sitio legado por la historia vana del angurriento.

Quien no es justo consigo mismo no puede ser justo con los demás, el hombre que va a ejercer la función judicial debe ser inteligente, i eso no se aprende estudiando, ni la universidad lo concede; puede un hombre sin cultura ser más dotado que un erudito, que sabe recitar la Biblia al derecho i al revés. Somos apenas el presente efímero, la continuidad de un viaje en el tiempo, que recibimos en cada renacer biológico la herencia del conocimiento, por ello sabemos -inconscientemente- desde antes, lo que es valido para seguir remontando el futuro. Quien cree partir de la nada o ser el supremo manifiesto humano, debe estar en la fase residual, de la extinción de su estirpe, cargado del mal que sus progenitores cultivaron, porque el mal no nace en uno, nace con uno, viene gestándose desde antes i quien no lo sabe controlar simplemente es el lógico ejecutor de su propia destrucción.

Quien, ha estudiado el derecho por insinuaciones ajenas al fin supremo: sin convicción, sin aptitud, ni actitud; amparado en el dinero para superar las dificultades académicas, es un degenerado, que, ya, desde el inicio, piensa en el inmenso beneficio que puede sacarle a este poder; su interés no es el servicio, es la obtención del dinero fácil; su ignorancia de la historia i la incapacidad de percibir el devenir, tiene la marca fatal del retrogrado que acelera la extinción de su pueblo.

Por ello la ley en manos de un dogmático nemotécnico, es una formula matemática, no tiene posibilidad de modificación, ya está dicho i nada puede hacer para atenuarla o severizarla, Esta conducta es meramente automática como la de un robot. Que no puede raciocinar, incapaz de motivar (5) porque desconoce los orígenes de la Ley (6) teme mas a la sanción superior que a la verdad i a la justicia. Vive las bondades del presente, como un renacuajo refocilándose en el charco puerco, sin saber que este puede secarse antes de la metamorfosis fijada.

Ser Juez no es un oficio cualquiera, no es vender, ni comprar productos; es una actividad cuasi divina, es impartir la justicia en función a la verdad, armonizando la conducta de los hombres, para el bienestar i el progreso como especie; un Juez no administra Justicia: administrar es conducir, manejar, dirigir; un juez impone la verdad por encima de la familia, la amistad, la presión política, dando lo que corresponde a las partes. (7)

El trabajo de un Juez en un país desorganizado con habitantes belicosos como el nuestro, es sacrificado; requiere nobleza de carácter, disciplina, responsabilidad; soportar: noches i días las mismas presiones de un público usuario irracional, azuzado por miles de abogados al servicio del conflicto i la mentira; por tanto el aspirante a magistrado debe tener temple para asumirlo con: dignidad, entereza i valentía: el timorato; el pusilánime: que se deja influir por la amenaza o el tarjetazo, no vale. Pues si sus inclinaciones son: la indolencia, el facilismo; afecto a las celebraciones i el boato; se convertirá en un mero suscriptor de resoluciones interesadas, redactadas por el secretario, con el riesgo de que ese auxiliar sea un mercader; o dejándose llevar por la engañosa opinión de otro magistrado (Fiscal) sospechoso. Además Frente a la sutil coacción del sistema, producirá sentencias; utilizando “plantillas” para fallar sin criterio; Por el apuro copiará i sustituirá mal nombres i lugares; lanzando sus resoluciones como zapatos en serie al mercado, sin medir el daño que ocasiona al justo o al inocente i por ende a su propia sociedad..

Si es susceptible a la critica; sensible a la mirada torva del litigante “malero”, es por demás seguro que su función será nefasta i rencorosa, toda su capacidad estará ligada a atender los requerimientos obsesivos, soslayando a quien no exige o no presiona. El exceso de sentimentalismo, lleva inexorablemente a que la majadera delincuencia crezca; minimizar una conducta ilícita es sembrar la semilla del desorden i el caos. Los delitos pequeños mal juzgados inducen al infractor publicitar su éxito, generando desprecio por las denuncias i quejas, coadyuvadas por algunos fiscales, que buscan soluciones en contra de la legalidad. No es conciliación cuando se engaña en la solución. Dice Yoritomo Tashi “Existe otra forma de corriente de sentimentalismo. Es la que se aplica a todas las circunstancias de la vida y transforma la piedad real en sensiblería, cuya exageración altera el verdadero valor de las cosas”.

El Auxiliar de justicia, que es el que más aspira a ser Juez, debe aprender a serlo, colaborando de modo sincero, apoyando en la elaboración de los proyectos de resolución, con la técnica que da el sentido común. Con la honestidad que la vida exige para ser siempre hombres, de lo contrario la devaluación lo convertirá en instintivos seres, víctima de sus impulsos orgánicos.

El hombre que juzga, debe antes reflejarse en el hombre juzgado, pues antes: juzgador i juzgado son hombres que vienen del pasado, unidos para siempre en una sola conciencia, su misión mala o buena en el presente es irrelevante para la eternidad, ambos son agentes del mismo destino, pues en el universo cada hombre resume el todo por ser parte del todo.

Es mas fácil de asumir la injusticia, quien es víctima de la ley mal aplicada puede perdonar a su juzgador, pero quien juzga a sabiendas no podrá enmendar el daño, siempre lo perseguirá un remordimiento vano, aunque finja no sentirlo, una pesadilla extraña le hará víctima en sus noches, haciéndole sufrir en silencio; forjándole dentro de sí traumas, que trasmitirá a su progenie, quienes asumirán los compromisos morales, i si no despiertan de ese letargo causado en el pasado, seguirán creyendo que son castigos del cielo.

Por ello si tu objetivo es el dinero que pagan por serlo, seguro de ese estipendio, esmérate a ser mejor hombre sirviendo a tu especie como si no te pagaran por ello, con amor; esa es la fuente del desarrollo espiritual, cuando aprendemos a conmovernos de la condición humana que oprime al criminal. Se como en el tejido orgánico, soldado del sistema inmunológico, de ti dependerá la buena salud del tejido social.


(1)Tratado de Caracterología. René Le Senne. Librería Ateneo Traducción de la 5ª Edición Francesa, citando a Kretschmer
Ciclotímico: pícnico i rechoncho, sociable sintónico; oscilante entre la alegría i la tristeza, anchilineo de buen aspecto
Esquizotímico: Asténico, deprimido, longilineo y Leptosomo, aislado del mundo exterior i de su vecindad Asintonico.

(2)Yoritomo Tashi.- El Sentido Común en Doce Lección Ed. Americalee.
Raciocinar según los principios de la Justicia i de la verdad es una operación que solo puedan llevar a buen termino los espíritus dotados de sentido común..” ..” para llegar a este resultado es esencialísimo compenetrarse muy bien del valor de las palabras, deducir rigurosamente, después de haber provocado la irradiación de pensamientos que se refieren al objeto en cuestión y prever las consecuencias de los hechos que podrían determinar una resolución” “Algunas veces el exceso de erudición entorpece el raciocinio basado en el sentido común.” “ Así pues para razonar con sentido común es indispensable tener en cuenta el tiempo, el lugar, el ambiente y todas las contingencias que pudieran atenuar el alcance del raciocinio

(3) Yoritomo Tashi ob. Cit.
Certeza de espíritu. Esta operación mental consiste en comparar varias ideas para determinar su relación” “El Juicio después de haber analizado las razones que deben dictar su apreciación, determinan su carácter; deduce las conclusiones presentadas por el principio explicativo y clasifica la idea sometiéndola a su criterio. Todo juicio es afirmativo o negativo no puede ser indeciso ni neutral, en este último caso, adoptaría el carácter de una opinión y perderá la cualidad definitiva que lo caracteriza. Algunas veces sin embargo es condicional cuando los principios sobre los cuales se basa no son la bastante definidos y por este hecho pueden ser objeto de conversión. Entonces sin faltar a las leyes del sentido común puede sentarse un juicio cuyos términos se modificaran por la mutación de las causas.
(4) Yoritomo Tashi Ob. Cit.
“Son impulsivos los que se dejan guiar por sus impresiones iniciales y toman resoluciones o realizan actos bajo el imperio del estado especial en que les colocado la percepción”. “La memoria, el pensamiento, la deducción, y sobre todo el raciocinio se hallan forzosamente excluidos de estos actos, que jamás inspira la inteligencia.” “Los impulsivos además no conocen la fijeza de las resoluciones. Su inclinación les arrastra hacia las soluciones instantáneas y desconocen las ventajas de la continuidad del esfuerzo”

(5) Jorge Peyrano: Magistrado i procesalista Argentino.
“Jurídica” suplemento de análisis legal, diario “El Peruano”
Entrevista: “Creo que los jueces se tienen que animar a hacer cosas que no están en los códigos, así se sentirán más jueces, Sé que aquí no es sencillo, por el tema del prevaricato, pero si no asumen esta postura, lamentablemente han de transformarse en jueces dependientes, yo confío mas en el juez vocacional, es uno por el cual siento orgullo

(6) C. Guy Cútlip, Historia de la Ley, Inter. América: American Law Review.
“ ...tras larga sucesión de siglos nos han sido trasmitidos los principios de nuestra ley, sancionadas por la sabiduría de las edades, adaptándose a los cambios (..) La ley nace del estudio y de la prudencia y no de la poesía, es obra de sabio y no del soñador es el resultado de graves deliberaciones, de la experiencia i no del genio. El genio es el espíritu de abandono, es alegre e irresponsable, en tanto que la ley es austera, solemne y firme; el genio es indiferente a la conducta y a las consecuencias, en tanto que la ley debe ser directa, responsable, avisada. Los cuadros y estatuas son obra del genio, pero la ley es el resultado del estudio de la experiencia de la meditación (..) La ley es algo diferente actúa en medio de la controversia, mora en el anfiteatro de constante lucha y tumulto escucha las querellas i alegatos del sórdido, envuelve en su manto protector al inocente, i ajusta la esposas en las muñecas del culpable...”

(7)Jurídica, Suplemento de análisis Legal: Jorge Peyrano
“(..) Como yo decía ayer a unos jueces: debe convencerse de que son parte de un poder y no son empleados públicos, hay que ponerse la toga del Juez y, en todo caso no ponerse el delantal gris de empleado público. Tomar conciencia que los jueces, no son parte de una administración de justicia sino de un poder judicial”

martiarengv@hotmail.com